¡Apruébenos, profe! Y tal y cual, que somos muy majetes y cual y tal...
Por favor, por favor, si nos arrodillamos y todo, por favor, por favor...
¡Ah! ¡Ahhhh! ¡Ahhhhhhh! ¡¡¡Síiiiiiiiiii!!! Profe, que síiiiiiiiiiii. Estás como un queso, profesor, sigue sigue... ¿Nos va a aprobar?
Lo que no se cuenta en la historia es si el profesor salió satisfecho y les aprobó.
Tampoco queda muy claro cual era la asignatura.
Eso sí, eran las seis y veinte.